6.8.10

Los viernes en la esquina

siguen siendo la parodia del contento ficticio que tiene la vida de muchos. Una amiga (si ahora quisiera que la llame así), escribía notas como esa en las páginas de un diario de otra ciudad. Era valiente, el tono, y atrevido en las denuncias de injusticia y quejas sociales. Se leía todos los diarios, estaba al tanto de los informativos e iba a cuanto acto político y manifestaciones se enteraba. Se inmiscuía. Investigaba. Convencida, no tardó en afiliarse. Su perfil daba para dirigente.
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