27.1.16

Nada fuera de lo común


Escribí la contratapa para el librazo de Manuel Esnaola:

Cuarenta recursos humanos enchufados cada uno a su tarea habitual, el estupor ante un estallido, el saqueo de una ferretería visto desde el balcón, las reflexiones de dos amigos mientras reparten free pass en una esquina de Nueva Córdoba, son algunos de los elementos que le sirven a Esnaola para disparar una sucesión de significantes a lo largo de Nada Fuera De Lo Común. Si es verdad que el pensamiento y la emoción moldean nuestras vidas, afuera sucede otro circo y eso es algo que, al fin de cuentas, nos condiciona. Y en estos poemas siempre pasa (o está pasando) ese algo. A veces son solo un par de niños jugando en la canchita detrás de las vías, o el sol que se duerme sobre los eucaliptos. Pero tales circunstancias, por efectos concatenados, atraviesan el singular modo de llevar la vida, como la suma de sucesivos papeles secundarios. Algo que no está dicho nos dejará marcados cuando leamos los poemas de este libro. Pero que no nos sorprenda, no se trata solo de poesía: con una inquietud latente que le da ritmo a cada verso, la escritura de Esnaola avanza por los filamentos de un borde oculto pero preciso, nombrando los pequeños hábitos con los que vamos llenando el día hacia el final de la noche. Y lo que queda siempre es un regalo, un jardín donde podemos jugar / un rato a ese juego que dice / que la vida funciona así de simple / como el amor sin protagonistas.