7.8.10

Haciendo bulla en Julio Verde

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Rebalsa la sopa del bar condimentado con-cheta-mente a lo hippie. Comienza la banda de la que todos hablan y se los nota seguros pero tranqui. Plantean los primeros acordes, las primeras canciones, muy en delire para entrar en trance. Son ocho personas alineadas en dos filas de cuatro: dos guitarras, un bajo, la bata, trompeta, órgano y, por supuesto, las dos voces que el matrimonio sostiene. Menos de la mitad de la gente del lugar les presta atención. El resto, entre ellos, en otra. La armonía en la bulla de los instrumentos no se sale de su molde en secuencia modal. La energía del ambiente se estabiliza por el momento. La birra se agota. Sin embargo, entrado el tema quinto, todos empiezan a mirar al escenario. Mucha noche. Nadie puede creer lo que está pasando.
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