Miguel Sokolic
De postre, empanadas.
Fijate que bajando las escaleras te vas por la izquierda y al fondo atravesando el mezzanine te encontrás con el baño. Andá tranquilo, yo pido la cuenta, y desde la ventana observá cómo vibra este sol de invierno.
Las palabras de ese tipo dejan un sabor a Salta mucho más exacto que un buen menú. Dicen cosas que son puertas para que las abra.
Me pregunto qué hay del otro lado ¿Y qué con los que no conocen? El tiempo corre y no hay mucho espacio en todo el laberinto.
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Prometo, cuando llegue a casa intentaré escribir acerca de mí, pero hablaré de otro.
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