3.8.10

Convencido de la hexagonal

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Un poco para pasar la siesta engañando el pensamiento, antes de sentarme a leer, encontré como posta re-acomodar el orden del departamento. Prendí la máquina, hice té (de teína), y busqué el último de los Flaming Lips. Afuera, nevando. Pero parecían copos de fantasía: se deshacían apenas terminaban de aterrizar. Alguien me dijo que la mejor actitud en los casos de las horas de invierno es el inventar formas para que la sangre circule a buena velocidad. Y nunca dormir en el mismo lugar cuando cambia la temperatura, por ejemplo. La nueva disposición de los muebles quedó bien. También se pasaron rápido los minutos, la música penetrando las paredes que ahora quedaron descubiertas. Siempre me atrapa algo de ese disco. Sin embargo, el sonido de Embryonic es, a simple pasada, una galera tan oscura como gigante, donde no dejan de aparecer cosas.
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