30.1.10

Volver

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Hoy es la luna

y esta línea, su borde.

Aquí es donde comienza la estación
del aura en el tiempo, que estira su velocidad vencida
como una tensa cuerda
a punto de ceder.

El viento llega de los dos costados

y es sólo más respiración de tanto sur.

Aquí es donde comienza la orilla
en otro lado, de un lago que se aleja en la visión
y se confunde de infinito.

Vuelve en las ideas el silencio de universo que se expande. Vuelve
el turno de nombrar las cosas en sonido natural de noche nueva:

Hoy vi pastores pastorear la tarde entre los cerros.
Hoy vi correr a una mujer hasta perderse entre el paisaje
y la mirada de sus niños.
Hoy vi sobrevolar la sombra de los cóndores
tras desprenderse de mi pensamiento.

En esas horas, la chica del asiento delantero del colectivo
escribía poemas

y cuando dejaba de hacerlo
buscaba la boca de su chico hasta besarlo
suave lento dulce
como entregándose al vacío.

Pero ahora aquel momento es otra ráfaga,
un ahogo del recuerdo de una equis dimensión.

Me veo ahí, debajo de la lluvia
caminar de espaldas a una ruta cruzando el horizonte
surcando el pulso de la tierra
en línea de serpiente

y el pensamiento me dice: aquí es donde la luna baña en pleno
la dureza de las piedras. Con su luz. Aquí
donde las manos cambian de piel.

Habla de la estela que flamea
en el fuego vivo que es estruendo del agua de los ríos.

Habla del volver del tiempo que otra vez es tiempo
y se convierte en mundo amanecido
por debajo de los cielos.

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