18.11.09

punto prisma (r.v.riano)

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no voy a teorizar
no quiero teorizar
me callo donde digo
y digo donde callo



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esto es un poema
y esto
no es un poema

tampoco una definición



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Esa vez caí temprano.
Esa vez caí temprano en la mañana de otro día.
Esa vez caí temprano como un trompo sin dormir
girando en medio de su ir hacia el lugar / adonde
siempre va por donde viene.

¿qué estás pensando?


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Desde aquí se escucha el canto de los pájaros, venido de las altas ramas de este árbol. Silbo con ellos y no quiero rimar, sin ritmo.


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Mis amigos me dijeron: Venga. Vamos a jugar un rato. Vamos a tirarnos estas horas en el ir deseando decir eso por el medio de las calles, donde hay sólo mundo que te espera y espera. Y nos hagamos fans ahora, de tirarnos hoy y siempre horizontales en el patio bajo un sauce, de poder tendernos de raíz en el jardín y ser la proyección de aquellas cosas que nos ven en paralelo. Dejemos las virutas a un costado.

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Boludo, algunos te dirán que irse cada uno por su lado es el destino natural, y es inevitable verse isla en tanto mar de superficie. Please, vos no te muelas lentamente.

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Che, hace días que imagino con figuras de personas conversando sin parar en una mesa, alrededor. Pero ya nadie conversa, todos ven lo que hace el otro
y pocos saben algo.

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“Te reís. Me gusta tu remera contra el pasto, la que usaste la otra vez en esa fiesta y al toque la colgaste en una frase de tu muro. Van a suceder pelotudeces, te decían. Pero ahora es nada más que un juego y es ajeno a la huevada que se filtra luego comentada.”



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El canon, ja! El mejor de todos, jaja! La mejor de todos, ja! La obra maestra, la obra sagrada, el temor, el temor al terror, el temor al terror (de la nada), ja! La nada. Primero somos nada. Después, más nada. Y ahora somos una célula. Y somos en ella un gigante, y matamos al enano. Pero el enano mató a su vez al mago, y el mago antes de morir nos hechiza con su fuego y es la muerte del gigante. Y somos varias células. Unidas. Vamos formando la nueva especie. Vamos siendo controladas por un dios acalambrado en uno de sus mandamientos. Somos todos prisioneros, compartiendo la libertad del otro. Somos hasta cuándo.


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