La gira presentación de Biophillia (séptimo álbum solista de Bjork), que durará hasta el 2014 y que comenzó el año pasado con una primera residencia en Manchester (hacia el final del tour se tiene planificado haber visitado ocho ciudades alrededor del mundo), continúa ahora en la ciudad de Buenos Aires, donde el pasado viernes quedó finalmente inaugurada con un recital íntimo ante un público de alrededor de 2000 personas, en el marco del Personal Pop Festival 2012.
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“El cosmos, y sus cuerpos,
giran en torno a mí,
me hacen preguntar…
Y dicen: en aquel entonces, nuestro universo
era un mar vacío; hasta que un zorro plateado
y su astuto compañero comenzaron a cantar
una canción que se convirtió en
el mundo que conocemos…” (Cosmogony)
El pasado 6 de abril fue Viernes Santo y noche de luna llena en Buenos Aires. A la misma hora en que las iglesias católicas y los templos judíos terminaron sus misas y los fieles se juntaron en las afueras celebrando, centenares de personas, en su mayoría treintañeros, llegaron de a poco al Centro de Exposiciones para el primer recital íntimo que Bjork ofreció en Argentina, presentando Biophillia.
Lo primero que hay que resaltar es que la Biophillia Residency de Bjork representa un cúmulo de dimensiones que van desde lo atómico a lo cósmico y se funde en una experiencia natural, tecnológica y por sobre todo, sensitiva. El séptimo álbum de la islandesa se convirtió en una colección multimedia que engloba música, aplicaciones para iPads, navegación online, instalaciones artísticas-multimedia, gira educativa para niños y espectáculos en vivo. Se trata del proyecto más ambicioso de la artista luego de los conceptuales Medulla y Volta.
En Biophillia, cada canción no sólo describe algún fenómeno natural y cósmico, sino que además, en el show, lo desarrolla visualmente sobre las pantallas en el centro del escenario, con imágenes del universo, galaxias, el sistema solar, la tierra, volcanes en erupción y en ese recorrido llega al interior del ser humano, al centro de la sangre de sus tejidos, donde bailan los cromosomas y células al ritmo de la música. Pero las imágenes van más allá y siguen hacia el interior del citoplasma y la membrana nuclear hasta llegar al replisoma (la máquina molecular que copia los ADNs). Luego, vuelven nuevamente en dirección opuesta. En ese marco amplísimo logró expandirse la música de Bjork: destellante y luminosa por momentos, oscura e intrigante en otros. Siempre emocional.
En el Centro de Exposiciones, el primer hall (detrás de éste se encuentra efectivamente el escenario) está ambientado con sillones, merchandising y plasmas alrededor de las paredes. En ellos se proyectan documentales de los talleres educativos que ya se hicieron en otras ciudades, presentaciones de los instrumentos que se usan en la gira y los respectivos tutoriales de las apps para iPads que forman parte de la obra. En dos stands se puede jugar y experimentar con estos dispositivos ya que están a disposición del público y con las apps abiertas. Todo el lugar es un recorrido estético por el finísimo universo Biophillia.
Al ingresar finalmente a las instalaciones donde se desarrolló el espectáculo, se podía escuchar en volumen muy moderado algunos acordes instrumentales de las canciones del álbum, proyectadas desde el único iPad encendido en el escenario. Éste, a su vez, estaba predispuesto con los instrumentos especiales como el Gameleste (un dispositivo personalizado que combina celesta, gamelan y tecnología MIDI), el increíble Reactable y el Pendulum Harp, e iluminado con luces de tonalidades azules.
“Mi gen romántico es dominante,
y tiene hambre de unión:
intimidad universal
que todo lo acepte con brazos abiertos...” (Thunderbolt)
Exactamente a las 21.15 salieron en fila las diecisiete coristas del Graduale Nobili que acompañan a la islandesa en esta gira, para cantar a capela la hermosa introducción: Okasteinn. Tras ello apareció Bjork envuelta en un vestido azul brillante, con una gran peluca anaranjada de ribetes verdes, y ante el fervor del público dio inicio a Thunderbolt para no parar hasta casi dos horas después. Luego le siguió Moon y mientras sucedían los coros, las pantallas resaltaban la imagen fija de los ciclos lunares en pleno movimiento. Con Thunderbolt y la biodanza coreografiada de las coristas, la voz de Bjork logró desatar un impulso sensorial que provocó la exaltación de toda la audiencia para plasmarse en un cerradísimo aplauso. Por si fuera poco, otro detalle llamativo fue que mientras en el escenario se ejecutaban temas como Crystalline, Hidden Place y Virus por citar algunos, era muy perceptible el suave perfume (a veces floral, otras veces a especias) que se iba levantando lentamente, acomodándose a su gusto como placa tectónica, sobre la estructura del predio, llevando a la audiencia a un viaje musical dentro de una atmósfera cálida y atractiva. Todo el espectáculo fue puro clímax mantenido. Luego, los rayos eléctricos provocados por dos Bobinas Tesla (un tipo de transformador resonante que acepta la información digital), hicieron la mejor versión de Possibly Maybe que se haya escuchado en vivo. Pero También fueron momentos muy intensos el estallido hardcore de Mutual Core, el crescendo viral de Mouth Cradle y la pasional intimidad de Cosmogony, que dieron nacimiento a una serie interminable de aplausos y gritos de exclamación de amor hacia la cantante. Al terminar Cosmogony, músicos y coristas se retiraron y Bjork quedó sola en el escenario, acompañada por el movimiento hipnótico del Pendulum-Harp, para despedirse con Solstice.
Tras el pedido del público por un bis, la despedida final vino después que de que los músicos regresaran y ejecutaran primero una versión unpplugged de One Day y luego rompan los cielos con la crudeza de Nattura y la ferviente Declare Independence con todo el público de pie, saltando, moviéndose, ladeando sus cabezas y cantando juntos (invitados expresamente por la misma Bjork).
“Mientras las templadas manos de los dioses
descendieron y recogieron gentilmente
mis perlas de adrenalina,
las colocaron en sus bocas
y las enjuagaron de todo miedo,
nutriéndolas con su saliva…” (Moon)
No hay dudas de que el proyecto es una exploración interdisciplinaria en busca del punto exacto donde se unen la música, la naturaleza y la tecnología. Un constante interés por el universo y sus fuerzas físicas y atómicas. Una invitación a adentrarnos en esa misa conceptual cuya lógica es revelarnos como parte de la naturaleza, amantes de ella. Y el resultado es entonces otro fenómeno cósmico: una constelación de energías nacida con la voz de Bjork junto a la de sus coristas, las imágenes, los aromas, los golpes graves (constructivos-deconstructivos, eléctricos-electrónicos) de los instrumentos sintetizados y el sentir extasiado del público, que le dan vida a la conmoción expandida de la materia.
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Bjork en Argentina - 06 de abril - Lista de Temas
Oskasteinn
Thunderbolt
Moon
Crystalline
Hollow
Dark Matter
Hidden Place
Mouth’s Cradle
Virus
Sonnets / Unrealities
Unravel
Possibly Maybe
Mutual Core
Cosmogony
Solstice
****
One day
Nátturá
Declare independence
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Los nuevos conciertos íntimos que Bjork ofrecerá en el Centro Municipal de Exposiciones de Buenos Aires, ubicado en E J Couture 2231, serán los días 9, 12 y 15 de abril.
Además, la islandesa ofrecerá un último show en la capital el sábado 21 de abril en GEBA, también en el marco del Personal Pop Festival, donde repasará toda su trayectoria discográfica así como su último álbum.
